SEMINARIO / 2004
LOS OBJETOS
“¿Qué es un objeto?”
“Etimológicamente (objetum) significa arrojado contra, cosa que existe fuera de nosotros mismos, cosa colocada delante, con un carácter material: todo lo que se ofrece a la vista y afecta a los sentidos (Larousse). Los filósofos toman el término en el sentido de lo pensado y que como tal se opone al ser pensante o sujeto.
Por consiguiente, el término objeto se funda:
- Por una parte, en el aspecto de resistencia al individuo
- Por otra, en el carácter material del objeto. (…..)
En nuestra civilización el objeto no es natural (…) El objeto tiene un carácter pasivo pero al mismo tiempo fabricado. Es el producto del Homo Faber y, más exactamente, el de una civilización industrial (…) El objeto se caracteriza también por sus dimensiones: está hecho a escala humana, o más bien, a una escala ligeramente inferior. (…) En una palabra. ¿Qué es un objeto? Es un elemento del mundo exterior fabricado por el hombre y que éste puede tomar o manipular. (…) El objeto es independiente y móvil. (…) Finalmente, un objeto tiene un carácter, que si bien no es totalmente pasivo, está, por lo menos, sometido a la voluntad del hombre”. (A. Moles, Los objetos. Objeto y comunicación. 1971).
“Es importante señalar esta doble articulación en el marco de un sistema de objetos. En ellos, la función en sentido clásico (un vaso está hecho para beber) corresponde aproximadamente al sentido denotativo y objetivable susceptible de ser traducido a otro lenguaje (hay otras maneras de beber) y el sistema estético o connotativo relacionado con el campo emocional o sensorial, agregará caracteres ornamentales, emocionales, ostentatorios, etc.” (Moles, 1971).
(…)Puede tratarse de clases categoriales, simplemente yuxtapuestas, o de clases de prestigio o de valor que implican en su definición una “dinámica social”. Ejemplos:
- Objetos de arte
- Objetos utilitarios
- Objetos técnicos
- Objetos inútiles
Llegamos así a una movilidad social, relativa a la evolución de tal o cual categoría de objetos, que cambia de clases sociales en función de un cierto número de otras características. Ejemplos:
- Decoración
- Funcionalidad, etc. (Moles, 1971).
Por todo lo dicho anteriormente, cabe la siguiente conclusión: El objeto es comunicación . Es portador de mensajes funcionales y simbólicos. Es un elemento esencial de nuestro entorno y forma parte del contacto del individuo con el mundo.
El arte también es comunicación . Es un lenguaje, con otra lógica que el lenguaje verbal. Es un lenguaje visual, es un sistema de signos visuales. Las obras son signos, conformados de un significante y un significado. El artista, artesano, diseñador, transforma una idea en su mente en un trabajo que exterioriza como obra. El mensaje simbólico del arte es falto de precisión, los símbolos son un poco ambiguos y permiten diferentes interpretaciones de acuerdo al medio cultural del receptor.
EL OBJETO EN EL ARTE
El siglo XX hizo del objeto físico un protagonista artístico como expresión de la realidad cotidiana. Atentando contra las Bellas Artes, el Arte Objetual abarca desde el Cubismo, hasta el Arte Conceptual.
“(…) Las tendencias objetuales se refieren en sentido estricto a aquellas dónde la representación de la realidad objetiva ha sido sustituida por la presentación de la propia realidad objetual, del mundo de los objetos.” (S. Marchán Fiz, 1977.)
El hombre siempre creó objetos destinados a funciones precisas de uso o de contemplación. Los multiplicó por la industria moderna. Pero Marcel Duchamp, con el “ ready made ”, lo eligió para convertirlo en Arte. Con este acto relativizó la originalidad, la obra única, la unicidad, el goce estético, el buen o el mal gusto. La realidad misma reemplaza la imagen ilusoria de la realidad. Desmitificó el Arte.
El objeto se descontextualiza de su función habitual y cambia de significado, ahí radica su originalidad. Se abre un nuevo juego. Se eligen, se buscan, se encuentran, se intervienen, se acumulan, se repiten, se fragmentan, se organizan, se encierran en cajas, se ensamblan, se magnifican, se agigantan, se transfieren o reproducen a otros materiales, se envuelven, se ambientan o instalan en espacios propios en los que puede penetrar el público, se convierten en acciones de arte. Todo surge a partir de lo que Marchán Fiz llama el “Principio Collage”. (…) “El “collage” inauguraba la problemática de las relaciones entre la representación y lo reproducido, restableciendo la identidad entre ambos niveles. (…)
“El objeto es declarado arte. Entre 1914 y 1924 se experimentaron prácticamente las técnicas futuras del “collage” en un sentido amplio y se establecieron las bases de un nuevo género vigentes en las últimas manifestaciones.” (Marchán Fiz, 1977).
De Picasso a Marcel Duchamp corrió la base de todo. La intención era provocar, ya no importaba producir la obra, sino elegir el objeto – obra. Los objetos se piensan y significan de otro modo. Se inauguran “las declaraciones artísticas de realidades extrartísticas, la apropiación crítica y conciente de la realidad, integrando y fusionando arte y vida.” Los objetos se liberan de sus determinaciones de utilidad y consumo. Se recupera su apariencia formal, se descontextualiza semánticamente provocando una cadena de significaciones y asociaciones. La realidad artificial se convierte en arte. Ya no importa el oficio de artista, el manejo manual tradicional, se instaura la elección como proceso constructivo.
Fue una gran provocación al concepto y al objeto de arte burgués. Este gesto provocador es considerado arte. El género es objetual y conceptual a la vez, es físico y mental. Los objetos son un estímulo perceptivo y conceptual, la actividad pasó del artista al espectador.
EL OBJETO CERÁMICO
La cerámica es objetual por excelencia. Desde sus orígenes, el uso y el ritual fueron su primaria manifestación. La necesidad física y espiritual fue su fundamento, el hombre necesitaba de ella. Comenzó a formar parte del mundo de los objetos, los que a lo largo de los siglos se fueron multiplicando por millones. Vivimos rodeados de objetos cerámicos que en su cotidianeidad casi no los percibimos, pero la cerámica nos ayuda a vivir. Nuestras casas son de cerámica, paredes, techos, pisos, revestimientos, sanitarios. Además de numerosos objetos para nuestra alimentación, aseo y decoración. La industria cerámica nos provee de la mayor parte de ellos. El Diseño cerámico está en pleno avance. También la Artesanía nos brinda posibilidades únicas, imposibles de lograr a través de un proceso industrial. Los objetos cerámicos artesanales, conforman un sistema de objetos particular que fluctúa entre Arte y el Diseño, convocando gran interés tanto en la función como en la decoración.
(…) “Si es así, ¿puede entonces la cerámica, después de cruzar por estos caminos que dieron forma a lo informe, quedar atrapada por sus usos o los trasciende?
El pasaje de maestro en el oficio al de artista creador ¿lo marcaría el dominio de la técnica, la unicidad de la pieza o aquello que la transfigura y le introduce una sensación: el pensamiento que atraviesa el barro y lo habita?
¿Qué es, entonces, lo que abre a la cerámica al estatuto de objeto estético?, ¿es la idea, el concepto, la sensación o el deseo que la transfigura y habita?
¿De la cerámica podemos decir que es un género artístico otro, con legitimidad propia, o se cruza y empalma con el territorio de la escultura, de la pintura?
¿Es soporte o forma?
¿Es un juego entre dos o tres dimensiones o una trasgresión del plano y la masa, donde la imprimatura y el color convergen, dialogan, se funden en un volumen para trastocar un lenguaje?
¿Haría esto de la cerámica un arte inefable tan nuevo como milenario?
Y si es así, ¿cómo se nombra? ¿”alfarería de alto nivel”, “escultura”, “instalación en cerámica”, “arte mayor” o “arte menor”, artes plásticas, artes aplicadas, diseño industrial, artesanía…?
¿Qué definiría sus trazos?
¿Cuáles son los lenguajes que la nutren, los enfoques que han acotado su desarrollo y geografía, los discursos que la nombran?
¿Es producto de algo bello, útil, o es territorio de expresión?
¿Cuál es este nuevo contexto desde donde ha empezado a ser vista la cerámica?
¿De qué depende su reconocimiento?
¿Cómo ubicar el campo de la cerámica?
¿Cómo y desde dónde nos preguntamos por la cerámica contemporánea?
A través de estas preguntas buscamos acercarnos al campo mismo de la cerámica, a las piezas, a sus creadores, a sus promotores, a sus críticos y pensadores, pero ante todo a su razón de ser. ( Conferencia presentada en el Segundo Encuentro Nacional de Ceramistas 2003. “Los procesos de creación en la cerámica”, el 26 de septiembre en la Pinacoteca del Centro de las Artes, Monterrey, Nuevo León)
Todos estos cuestionamientos acerca del Arte Cerámico y aún más, ya comenzaban a principios del siglo XX. Desde sus comienzos, los artistas empezaron a interesarse por la cerámica como forma de arte. Muchos escultores y pintores trabajaron en colaboración con ceramistas. Rodin, Gauguin, Matisse, los Fauves y algunos miembros del grupo Der Brucke. Cabe destacar la obra cerámica de Joan Miró, realizada en colaboración con el ceramista catalán Llorens Artigas, a partir de l940. También Braque y Dufy trabajaron con éste ceramista. Desde l946, Picasso comienza a trabajar su obra en cerámica, gracias a una visita a Vallauris (Francia), donde conoce al matrimonio Ramié, quienes lo invitan a trabajar en su taller Madoura. Apasionado con la cerámica, Picasso realiza gran parte de su obra artística en Vallauris entre los años l946 y l971, produciendo varios centenares de piezas maravillosas. Creo que desde la importantísima elección de Picasso por la cerámica, se legitimó el uso de la misma como forma de arte.
También en Albissola (Italia), Arturo Marini, Lucio Fontana, los miembros del grupo Cobra (como Karel Appel, Corneille y Asger Jorn), Wilfredo Lam y Roberto Matta, trabajaron en cerámica. Las grandes fábricas como Sevres y Rosenthal, abrieron sus puertas a los artistas para que trabajaran en sus talleres. Chagall, Fernand Leger, Pollock, Dalí, Enrico Baj, Jean Arp y Calder entre otros también crearon obra cerámica.
A partir de la Segunda Guerra Mundial, comienzan a aparecer en Europa y Estados Unidos, artistas ceramistas con obra propia. Los pioneros fueron Peter Voulkos y Hans Coper. Algunos la llaman “cerámica de autor”. Es el Arte Cerámico que había surgido como una nueva forma de Arte. El interés no radicaba sólo en experimentar con un nuevo material devenido de otro terrero, sino desde una nueva experiencia con el concepto de objeto cerámico. La intervención del objeto, su búsqueda y su instauración en el terreno del arte, provoca una redimensión del objeto cerámico, se lo extrae de su función utilitaria o decorativa , se lo explora y presenta desde la categoría de Arte. El nuevo género objetual, entonces es trabajado por artistas ceramistas.
Hoy la cerámica contemporánea, abarca mucho más que los objetos. Ocupa un lugar en el arte que involucra la escultura, la pintura, el grabado, la fotografía, las instalaciones, las performances, las acciones, etc.
OBJETOS BIOGRÁFICOS
(…)El objeto biográfico forma parte no sólo del entorno sino también de la intimidad activa del usuario; en éste caso objeto y usuario se utilizan mutuamente y se modifican recíprocamente en la más estrecha sincronía.(…) mantienen una simbiosis viviente con su poseedor, considerados por este último como irremplazables, envejecen al mismo tiempo que él, se incorporan a la duración de sus actividades.(…) también puede ser biográfico el objeto que se aleja de lo funcional para volverse cultural o decorativo: el reloj de familia, la medalla del deportista, la máscara egipcia del etnólogo, el mapamundi del viajero. Cada uno de estos objetos presenta una experiencia vivida, pasada o presente, de su poseedor y forma parte de su vida. (…) Inmiscuirse entre el objeto biográfico y su poseedor es siempre, en potencia o en realidad, una operación de voyeur. (Violette Morin, El objeto biográfico. Los objetos. 1971)
Refiriéndose a la obra del artista Christian Boltanski (Francia, 1944) quien trabaja con Instalaciones construidas con objetos y fotografías que tienen que ver con el pasado del pueblo judío, Paula Martínez dice: “(…) Su obra esta muy lejos de los cánones del arte narrativo. La imagen y el objeto que recibe el espectador parecen extraídos del olvido por lo que es una obra abierta que invita al público a reconstruir y crear su historia personal. Este espacio ambivalente es característico de las producciones artísticas contemporáneas. Una vez fracasadas las grandes utopías de la modernidad el artista rechaza los discursos inamovibles y se resguarda tras la ironía de lo uno o lo otro. Bajo esta suerte de juego intenta encontrar una respuesta sobre la transición del ser de la vida a la muerte. En este sentido hallamos en su obra algunas nociones que coexisten a pesar de su disparidad: el objeto como elemento que sugiere la presencia y la ausencia de ser, la fotografía como una prueba de existencia o documento perecedero, la trascendencia del sujeto o del objeto, la memoria individual y la memoria colectiva, el recuerdo y el olvido, lo corpóreo y lo etéreo, la luz y la sombra, el artificio y la verdad”. (Paula Martínez, www.portal.arts.ve . 2004).
(…) ¿Cómo un objeto inerte invita a la actividad de percepción? El objeto para convertirse en arte depende de varios factores: la intención del artista, el contexto en el que se presenta y en la percepción del espectador para convertirlo en arte. La respuesta es que existen diferentes formas que invitan a pensar, guían nuestra atención para reconocer nuevos patrones y estructuras en el mundo: En el mundo del arte contemporáneo todo puede llegar a ser arte hasta una cubeta de plástico rojo. Sophie Calle es una artista multidisciplinaria que logra permanecer al margen de las convenciones del arte que surgieron a partir de los readymades de Duchamp más o menos por ahí del 1915, donde la propuesta de este artista permitía que cualquier objeto pudiese llegar a convertirse en arte. Hoy en día es uno de los recursos más usados y trillados por el artista contemporáneo para cambiar la percepción de un objeto (…).
Sophie Calle se salva por los pelos de lo trillado del recurso y en La Visite Guidée de 1994, presenta toda una serie de objetos banales y propone al entrar en el Museo de Arte Decorativo Boymanns-van Beuningen de Rotterdam se entregue al espectador una grabadora y unos audífonos similares a los que usan en los museos como guías. Sin embargo, en este caso la grabación no da ni fechas ni nombres como usualmente sucede, sino dirige al visitante a través de las demás obras de arte del museo hacia veintiún objetos de la colección particular de Sophie Calle. Para cada objeto existe una historia personal en la memoria de Calle, historias sobre su madre, su trabajo como modelo y su relación con su ex marido, (…). La Calle se salva de milagro de hacer en la repetición cuando introduce un elemento narrativo, íntimo y autobiográfico que le añade una nueva dimensión al objeto. Así, el museo de artes decorativas se convirtió en un espacio de relaciones íntimas de la vida privada de Sophie Calle y no de las cosas. (…).
(…)Para lograr trasmitir una sensación diferente todo objeto requiere primero de una descontextualización para ser efectivo como comunicador de ideas, se requiere que éste
se encuentre fuera de su espacio habitual. Cuando el objeto, cualquier objeto, es colocado dentro del museo adquiere un “aura” especial: la memoria del objeto, las historias y los significados que estos tenían originalmente son transformados en alegorías por el espacio que le confiere un valor. ( [1] Periódico El Universal. 2] A Beatiful Mind , Mentes Brillantes EEUU/2001.)
Todos nosotros a lo largo de nuestras vidas acumulamos objetos, que refieren a momentos vividos, en general pasados y que nos marcaron de alguna manera. Por eso queremos conservarlos, porque simbolizan fragmentos de nuestro existir. Ellos son “los objetos biográficos” que todos poseemos, son “autoreferenciales”, porque solamente se refieren a nosotros, el mismo objeto en otro contexto de vida, será referencia de otra persona o grupo de personas.
A veces nos convertimos en coleccionistas de objetos, a veces conservamos su imagen fotográfica o muchas veces sólo la retenemos en nuestra memoria. Rescatar esta parte de nuestras vidas, es un ejercicio muy gratificante. Nos hace sentir vivos.
De esto se trata ésta propuesta de trabajo. De un rescate, de una indagación personal, de una búsqueda de nuestra identidad, que al pasar a ser una obra se convierte en una experiencia colectiva.
La cerámica se interdisciplina. Se funde con el grabado, con la fotografía, con el objeto artístico. Se extiende, se convierte en productora de signos con implicancias autoreferenciales. Se convierte en texto narrativo, cuenta historias de vida a través de imágenes, de textos como imágenes. Recicla fragmentos del pasado como soporte múltiple, dinámico, combinatorio, abierto. Su significante y su significado se unen indisolublemente. Los aspectos formales y técnicos estarán en función del mensaje.
Lo intrínsecamente objetual de la cerámica se manifiesta plenamente. Los objetos cerámicos se intervienen, se modifican, se funden, se multiplican, juegan en diversos espacios y se imprimen. Forman parte del género objeto artístico, parten de lo funcional, de lo decorativo para pasar a significar en la categoría Arte. Junto a las técnicas de impresión conformarán un objeto artístico impreso. Conformarán OBJETOS BIOGRÁFICOS.
BIBLIOGRAFÍA:
Marchán Fiz, Simón. “Del arte objetual al arte de concepto”.Ed. Akal. 1997. Madrid. España.
Moles, Baudrillard, Boudon, Van Lier, Wahl, Morin. “Los objetos”. Ed. Tiempo contemporáneo.1971. Bs. As. Argentina.
Conferencia presentada en el Segundo Encuentro Nacional de Ceramistas 2003. “Los procesos de creación en la cerámica”, el 26 de septiembre en la Pinacoteca del Centro de las Artes, Monterrey, Nuevo León. México.
Paula Martínez, www.portal.arts.ve . 2004
( [1] Periódico El Universal. 2] A Beatiful Mind , Mentes Brillantes EEUU/2001.)